El Himno Nacional de Chile nació bajo la pluma del poeta chileno-argentino Bernardo de Vera y Pintado por mandato del Director Supremo de la Nación, Capitán General don Bernardo O'Higgins Riquelme, a mediados del 1819. Al no tener música propia se cantó con la del Himno Nacional trasandino. Su letra decía más o menos así:
- Coro
- Dulce Patria, recibe los votos
- con que Chile en tus aras juró
- que o la tumba serás de los libres
- o el asilo contra la opresión.
- I
- Ciudadanos: el amor sagrado
- de la patria os convoca a la lid:
- libertad es el eco de alarma
- la divisa: triunfar o morir.
- El cadalso o la antigua cadena
- os presenta el soberbio español:
- arrancad el puñal al tirano
- quebrantad ese cuello feroz.
- II
- Habituarnos quisieron tres siglos
- del esclavo a la suerte infeliz
- que al sonar de sus propias cadenas
- más aprende a cantar que a gemir.
- Pero el fuerte clamor de la Patria
- ese ruido espantoso acalló
- y las voces de la Independencia
- penetraron hasta el corazón.
- III
- En sus ojos hermosos la Patria
- nuevas luces empieza a sentir
- y observando sus altos derechos
- se ha encendido en ardor varonil.
- De virtud y justicia rodeada
- a los pueblos del orbe anunció
- que con sangre de Arauco ha firmado
- la gran carta de emancipación.
- IV
- Los tiranos en rabia encendidos
- y tocando de cerca su fin
- desplegaron la furia impotente,
- que aunque en vano se halaga en destruir.
- Ciudadanos mirad en el campo
- el cadáver del vil invasor...;
- que perezca ese cruel que el sepulcro
- tan lejano a su cuna buscó
- V
- Esos valles también ved, chilenos,
- que el Eterno quiso bendecir,
- y en que ríe la naturaleza
- aunque ajada del déspota vil
- Al amigo y al deudo más caro
- sirven hoy de sepulcro y de honor:
- mas la sangre del héroe es fecunda
- y en cada hombre cuenta un vengador.
- VI
- Del silencio profundo en que habitan
- esos Manes ilustres, oíd
- que os reclamen venganza, chilenos,
- y en venganza a la guerra acudid.
- De Lautaro, Colo-Colo y Rengo
- reanimad el nativo valor
- y empeñad el coraje en las fieras
- que la España a extinguirnos mandó.
- VII
- Esos monstruos que cargan consigo
- el carácter infame y servil,
- ¿cómo pueden jamás compararse
- con los héroes del Cinco de Abril?
- Ellos sirven al mismo tirano
- que su ley y su sangre burló;
- por la Patria nosotros peleamos
- nuestra vida, libertad y honor.
- VIII
- Por el mar y la tierra amenazan
- los secuaces del déspota vil
- pero toda la naturaleza
- los espera para combatir:
- el Pacífico al Sud y Occidente
- al Oriente los Andes y el Sol
- por el Norte un inmenso desierto
- y el centro libertad y unión.
- IX
- Ved la insignia con que en Chacabuco
- al intruso supisteis rendir
- y el augusto tricolor que en Maipo
- en un día de triunfo nos dio mil.
- Vedle ya señoreando el océano
- y flameando sobre el fiero león
- se estremece a su vista el íbero
- nuestros pechos inflama el valor.
- Ciudadanos la gloria presida
- de la Patria el destino feliz,
- y podrán las edades futuras
- a sus padres así bendecir.
Sin embargo en 1828 se encargaría una nueva música. ese año, el plenipotenciario chileno en Londres, Mariano Egaña, encargaría al músico español Ramón Carnicer, exiliado por Fernando VII, una nueva melodía. Sería estrenada el 23 de Diciembre de 1828 y, a pesar de las reticencias, logró consolidarse.
Más tarde, y finalizados los problemas con España, la colonia residente alegó la violencia de los versos de Vera y Pintado hacia los ibéricos, por lo que el Gobierno solicita al joven poeta Eusebio Lillo Robles la creación de una nueva letra para la Canción Nacional. Esta contó con la revisión del Rector de la Universidad de Chile, don Andrés Bello quien sólo objetó a Lillo el coro...
- Libertad, invocando tu nombre,
- la chilena y altiva nación
- jura libre vivir de tiranos
- y de extraña, humillante opresión
La razón fue que la expresión acerca de los tiranos podría identificarse no sólo con los hispanos, sino también con futuros lideres de la nación. Lillo, entonces, decide conservar el coro de Vera y Pintado por sentirse incapaz de superarlo.
Así nuestro Himnos Nacional quedaría definitivamente consagrado en 1847 y dos decretos supremos, uno del Presidente de la República don Pedro Montt Montt en 1909, y otro del también Presidente de la República don Pedro Aguirre Cerda en 1941, le darían un carácter oficial, quedando definitivamente así:
Así nuestro Himnos Nacional quedaría definitivamente consagrado en 1847 y dos decretos supremos, uno del Presidente de la República don Pedro Montt Montt en 1909, y otro del también Presidente de la República don Pedro Aguirre Cerda en 1941, le darían un carácter oficial, quedando definitivamente así:
- Dulce Patria, recibe los votos
- Con que Chile en tus aras juró
- Que o la tumba serás de los libres
- O el asilo contra la opresión.
- I
- Ha cesado la lucha sangrienta;
- ya es hermano el que ayer invasor;
- de tres siglos lavamos la afrenta
- combatiendo en el campo de honor.
- El que ayer doblegábase esclavo
- libre al fin y triunfante se ve;
- libertad es la herencia del bravo,
- la Victoria se humilla a sus pies.
- II
- Alza, Chile, sin mancha la frente;
- conquistaste tu nombre en la lid;
- siempre noble, constante y valiente
- te encontraron los hijos del Cid.
- Que tus libres tranquilos coronen
- a las artes, la industria y la paz,
- y de triunfos cantares entonen
- que amedrenten al déspota audaz.
- III
- Vuestros nombres, valientes soldados,
- Que habéis sido de Chile el sostén,
- nuestros pechos los llevan grabados;
- Los sabrán nuestros hijos también.
- Sean ellos el grito de muerte
- que lancemos marchando a lidiar,
- y sonando en la boca del fuerte
- hagan siempre al tirano temblar.
- IV
- Si pretende el cañón extranjero
- nuestros pueblos osado invadir;
- desnudemos al punto el acero
- y sepamos vencer o morir.
- Con su sangre el altivo araucano
- nos legó por herencia el valor;
- y no tiembla la espada en la mano
- defendiendo de Chile el honor.
- V
- Puro, Chile, es tu cielo azulado,
- puras brisas te cruzan también,
- y tu campo de flores bordado
- es la copia feliz del Edén.
- Majestuosa es la blanca montaña
- que te dio por baluarte el Señor,
- Y ese mar que tranquilo te baña
- te promete futuro esplendor.
- VI
- Esas galas, ¡oh, Patria!, esas flores
- que tapizan tu suelo feraz,
- no las pisen jamás invasores;
- con tu sombra las cubra la paz.
- Nuestros pechos serán tu baluarte,
- con tu nombre sabremos vencer,
- o tu noble, glorioso estandarte,
- nos verá combatiendo caer.
Esa es una breve historia del nacimiento y consolidación de nuestra Canción Nacional, sólo resta que opinen...
(Para escuchar la versión de la Orquesta Sinfónica Nacional del Himno Nacional de Chile revisa el artículo de Chile.com)
(Para escuchar la versión de la Orquesta Sinfónica Nacional del Himno Nacional de Chile revisa el artículo de Chile.com)